miércoles, 22 de marzo de 2017

Poetas en el Punta 16/17



Vaciad mis espaldas cansadas
de sueños imposibles,
de mares que se yerguen asesinos.
Enviad a mi cuerpo un miserere
cuando cruce la distancia
de mi tierra a tu tierra,
de mi alma agotada
a tu corazón, hermano.


El monte, inerte, contempla
mis heridas de subidas fallidas
a vallas hirientes de fronteras
que marcan la diferencia
entre la vida y la muerte.
Las noches, las siento frías y gélidas.
Los días, implacables, de soles áridos.
Los estómagos, huecos,
gruñendo, soltando quejas.
Mientras, el alma lucha
y la voz muere por dentro                                      
    Pixabay.com
y el dolor se vuelve enorme.



¿Cuándo mi Vida Errante
alcanzará la Tierra Prometida?             

¿Hasta cuándo mi Esperanza,
por mil veces derrotada,
seguirá a mis pies en esta guerra
de pueblos hambrientos
de 
tolerancia y de sustento?

¿Qué más debo hacer, qué decir,      
a quién más debo dejar atrás?
¿Cuánta vida he de entregar
para pagar mi pasaje doliente            
hacia el sueño de vivir...
de vivir en libertad?                 

                                                Anónimo. 

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